Un nuevo Papa para una nueva Iglesia
Para hablar sobre el Papa, como católicos, como creyentes, creo que es necesario empezar rezando y pidiendo la conversión del corazón, para ver a la Iglesia como el Cuerpo Místico de Cristo y no como un actor geopolítico más.
La elección de León XIV nos agarró a todos de sorpresa. Personalmente, estaba preparado para un largo (y doloroso) cónclave. Pero hoy, en medio de todo, el mundo se detuvo al mirar el humo.
Me gustó mucho escuchar su primer discurso. Recibí con mucha devoción y fe su primera bendición Urbi et orbi. Impresionante que lo primero que realiza un Papa es otorgar el perdón de la indulgencia.
Entonces todo me gustó. Me gustó que hable español, que conozca la realidad latinoamericana, conoce la pobreza desde adentro. Me gusta que sea un papa misionero.
Me gustó escuchar que tiene mucha formación. Aunque no parezca, se nota en un discurso, aunque sea así rápido y hecho enseguida, cuando alguien tiene mucha precisión teológica y filosófica versus alguien que no es tan preciso. Francisco no se caracterizaba por ser preciso, tenía otras muchas virtudes. Sin embargo, me parece interesante porque es precisamente una continuidad, o sea, es el equivalente a que un ministro de un gobierno, de un presidente, luego se convierta en su sucesor. El Cardenal Prevost estaba en el dicasterio para nombrar obispos.En otras reflexiones, me parece que ser un Papa en esta época es muy difícil, tiene muchos matices. El mundo de hoy, seamos francos, está muy mal: guerras, desigualdad, polarización, pobreza, despuntes tecnológicos que se usan para el mal… y la globalización implica muchísimos retos más.
Volviendo a su discurso, me gustó escucharlo hablando con mucha claridad y mucha franqueza de seguir a Cristo. Es inevitable compararlo con Francisco, pues no ha pasado ni un mes desde su fallecimiento. Francisco tenía su estilo propio. En un intento de hablar a todo el mundo, a veces su mensaje llegaba en un lenguaje más universal que un mensaje propiamente cristiano. Y a veces uno como cristiano, como católico, quiere escuchar a un Pastor. Para quienes leíamos las encíclicas, las homilías y cartas apostólicas, obviamente lo seguimos como pastor, pero en general la imagen con la que lo vendió el mundo fue como un Papa que nos habla a todos, que todos nos entendemos. Me gustó que León XIV en su primer discurso puntualizó: se trata de servir a Cristo, servir a la Iglesia.
Me gustó que pidió que oremos juntos con él. Francisco tuvo la peculiaridad de pedir que oremos por él, que oremos los católicos por él en ese momento. León XIV no lo copió, lo homenajeó pero es diferente. A veces necesitamos un poco de todo, ¿no? Realmente, Dios, en su infinita bondad y misericordia, nos da un pastor, no el pastor que quiere la gente, sino el pastor que necesita la gente. Francisco fue un pastor que se puso con las ovejas y me gustó que este pastor se puso frente a las ovejas, cuando pidió que oremos con él. Citó a San Agustín:
“Yo soy obispo para ustedes, pero soy cristiano con ustedes.”
¡Qué novedoso!, ¡Un Papa agustino!
Creo también que se está marcando también un punto de inflexión respecto de una Iglesia antaño fue más europea, una iglesia que era mucho más italiana. Hoy, al haber cardenales de todo el mundo, tenemos dos Papas americanos, un Papa estadunidense, un Papa argentino… a partir de ahora se va a convertir más en la regla que en la excepción, mientras antes eran todos europeos, o todos italianos. Incluso cuando fue electo Papa Juan Pablo II siendo polaco, ya era para los europeos una ruptura.
Inmediatamente después de la elección, he buscado muchas entrevistas del Cardenal y del Obispo. Realmente todas las entrevistas que puede escuchar de él directamente, que tiene pocas, me han gustado. Había una que afirmaba que era un Papa de la teología de la liberación. Eso es un tema, el entrevistado se dio cuenta que lo dijo muy suelto. Cuando se habla de teología de la liberación así en abierto, en abstracto, es ambiguo porque no hay una teología de la liberación. Hay tantas teologías de la liberación como autores teólogos de la liberación. Obviamente hay unas que respetan la Tradición y el Magisterio y otras que rompen con ellos. Entonces está por verse. Pero su nombre: “León”, conjuga la tradición de una Iglesia milenaria con una preocupación radical por la justicia social. La Iglesia es la gran idearia de la justicia social. Hablar de ella, de los pobres o del medio ambiente no le hace a nadie ni comunista ni marxista.
León XIV, cuyo nombre secular es Robert Francis Prevost, es el 267.º papa de la Iglesia católica. . Es el primer papa de nacionalidad estadounidense y peruana en ocupar este cargo, así como el primer miembro de la orden de los agustinos en convertirse en líder máximo de la Iglesia católica.
León XIV, a pesar de estar registrado como Republicado, leí que MAGA no está totalmente contento con él. En su momento ha criticado a Trump, ha criticado a JD Vance. Eso es una buena señal. Para un católico, es claro que el movimiento conservador americano no tiene la verdad absoluta. El movimiento demócrata claramente tampoco es opción, pero eso no convierte lo malo en bueno ni lo menos malo en más bueno. De hecho, a muchos nos molestó la imagen de un Trump Papa, fue una falta de respeto muy pesada.
En cuanto a lo demás, el Obispo y el Cardenal siempre ha tenido una postura muy clara en favor de la vida. Ha sido muy enfático. Había también quienes lo acusaban de haber encubierto situaciones de abuso sexual en etapas de investigación. Habría que profundizar en los hechos y expedientes, pero claro, si hay una situación de un presunto abuso, no es fácil de manejar desde el punto de vista canónico y obviamente el que decide y el que tiene la potestad de decidir, que actúa como de juez en ese sentido, pues siempre saldrá mal parado.
Debo admitir también que parte de mí siente nostalgia por una Iglesia que ya no volverá. Debo reconocer que me gustó ver de nuevo la investidura pontificia, a pesar de ser un Papa cercano a Francisco. Pero claro, difícilmente volveremos a ver a un Papa con tiara y una enorme silla papal en medio de una ostentosa corte, pero sí es volver un poco a la tradición de la Iglesia. Es indignante igual como hubo quienes presentaron a Francisco como el que abolió la tradición y la ostentosidad y eso lo hace bueno. Por supuesto que para el mundo la tradición es mala. Pero la tradición es bella, es bellísima. El hecho de que Francisco haya tenido un estilo muy sobrio y que quería dar un mensaje de cómo él era y cómo él vivía el cristianismo y porque Dios lo eligió para eso, no significa que la tradición esté mal, ni que la sobriedad tenga que ser ahora la regla de la Iglesia. León XIV volvió a la investidura Papa, veamos cómo vuelve en liturgia, espero verlo a sí mismo en muchas cosas.
Pero claro, sí debo admitir que en mi búsqueda del catolicismo, a pesar de que destaco muchas cosas del Papa Francisco, como que fue muy apegado a la realidad actual y con una mirada muy clara de cómo enfrentar grandes problemas del mundo de hoy, si hay una añoranza de esa “vieja” tradición, de ver a un Papa con tiara, a un hombre de un porte impresionante. En fin, quienes hablan desde la teología de la Iglesia han dicho que la iglesia tiene que recorrer el camino de Cristo. Y el camino de Cristo en la tierra tuvo momentos de milagros, momentos muy ostentosos y visibles; y hubo también momentos donde su humanidad destacó muchísimo cuando: siente angustia en el huerto, cuando está muriendo ante la cruz. Entonces veremos procesiones papales muy “ostentosas” como las de antaño, que muestran a un hombre con mucho porte, mucho ímpetu, que desborda la autoridad de Cristo en la tierra. Y tal vez yo no vi eso en este Papa. Vimos a un Papa muy humano, muy cercano. Un buen Papa, un hombre emocionado. Un Papa que tuvo la cruz de su ministerio ante sus ojos y no tuvo miedo a mostrarnos cómo esa cruz le pesó.
Se podría decir mucho más, pero quiero terminar pensando en que no es correcto decir “me gustó el Papa” o “no me gustó”, o “yo quiero otro Papa”. Creo verdaderamente que seguir a Pedro es un ejercicio de humildad; siempre lo fue, porque Pedro nunca fue el “mejor” discípulo.
Les invito a pedir a Dios que nos muestre, a los que somos los católicos, quién es este Papa, qué nos va a enseñar, de qué nos protegerá, hacia dónde nos va a guiar… Y que reflexionemos cómo, el hecho de estar aquí y ahora, en este momento de la historia, con esta edad y con esta historia personal actual, Dios me quiere hablar en particular por medio de este Pastor que me está hablando a mí en particular y no a quienes estaba dirigida la Rerum Novarum, ni la Fides et Ratio, ni la Amoris Laetitia.
Esto es algo que debemos meditar gravemente para profundizar en el misterio de Pedro, de la fe y de la Iglesia.